Hola amigos, últimamente os tengo un poco abandonados, pero es lo que tienen las vacaciones, te vas y hasta que vuelves y recuperas la normalidad se han pasado un par de meses y no te has enterao 😉
Esta entrada es para mostraros alguna de las imágenes que me he traído de nuestras vacaciones en la Bretaña francesa. Es una zona preciosa con innumerables cosas que ver y que yo aconsejo visitar porque merece la pena, sobre todo si, como yo, tienes intenciones fotográficas.
La primera semana estuvimos en una pequeña localidad llamada Ederven, muy cerca de la mas conocida Lorient. Me gustó especialmente por su magníficos paisajes de costa, en concreto una especie de península que te llevaba a Quiberon, allí me encontré con agradables sorpresas como la que os muestro.
Un sitio que me impresionó mucho fue un cementerio de barcos que había en la ría de Etel, pudimos recrearnos con cosas como esta.
Y como no, el sitio mas emblemático de esta zona y archifotografiado por la gente que visita el lugar, la casita de la guarda de los cultivos de Ostras, un sitio delicioso, en Sain Cado, donde además de estar en fiestas y disfrutar del folclore de la zona, asistí a una bonita puesta de sol..
A escasos metros se encontraba este puente atestado de gente y que pude fotografiar cuando la noche estaba cayendo, justo en la hora azul.
Todavía no he podido procesar todas las imágenes de la segunda semana, en la que estuvimos en Perros Guirec, un sitio aun mas espectacular aunque con mucha gente y en la que descubrí sus faros y sus puertos.
La zona que es llamada la «costa del gratito rosa», por el color tan característico de la roca de sus acantilados, era una maravilla y sin duda el sitio mas visitado, como si de un santuario se tratara, era el faro de Ploumanach.
Allí donde miraras había algo atractivo que fotografiar, sobre todo si, como a mi, te gustan las largas exposiciones, las cuales te facilitaban «eliminar» a las personas de las fotos.
Me vine con muchas imágenes de sus puertos y la gente que por allí estaba, todo muy pintoresco y agradable.
Por ultimo y por resaltar un lugar que me gustó especialmente, la isla de Brèath, un sitio idílico, donde solo te mueves caminando o en bici, no está permitido la entrada de coches, y sus casitas y sus gentes son especiales, me encantó; valga como muestra de la singularidad de este sitio una foto de una puerta que me encontré en el día entero que pasamos en la isla (no todo van a ser grandiosos paisajes).
Muchas más podrían ser las imágenes que os mostrara, pero no es mi intención aburriros, ni hacer esta entrada interminable, mejor aun son las que traigo impresas en mi retina de esa zona tan bonita y que si puedo volveré a visitar en otra época del año.
Por ultimo, y por si os decidís a visitar la zona, comentaros que existe la posibilidad de llegar sin hacer el largo y tedioso viaje que habría que hacer por carretera si optáis por ir en lo que se denomina la autopista del Atlántico, muy interesante porque por menos de lo que te costaría ir por carretera, puedes coger un barco donde metes tu coche y después de una noche de viaje (que haces en un cómodo camarote) apareces en tu destino descansado y con energías renovadas. Realmente aconsejable 😉